El presidente ruso, Vladímir Putin, llamó ayer a evitar el estallido de un conflicto mundial en medio de las crecientes tensiones militares con la OTAN, durante el desfile del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi. “Rusia hará todo lo posible para evitar un enfrentamiento mundial. Pero, al mismo tiempo, no permitiremos que nadie nos amenace”, dijo Putin durante su intervención ante soldados que participan en la actual campaña militar en Ucrania y veteranos de la Segunda Guerra Mundial reunidos en la plaza Roja.

Líderes

La parada demostró bien a las claras el aislamiento del Kremlin, ya que contó con la sola presencia de nueve líderes extranjeros –seis del espacio postsoviético, el cubano Miguel Díaz-Canel y los mandatarios de Laos y Guinea Bissau–, pero ninguno occidental.

Putin, que suele utilizar su breve arenga anual en la Plaza Roja para enviar señales a Occidente, aseguró que Rusia rechaza las pretensiones de exclusividad “de cualquier país o alianza”, en clara alusión a EEUU y la OTAN. Además, advirtió de que las fuerzas estratégicas rusas están “siempre” en disposición de combate. De hecho, por el empedrado de la plaza Roja rodaron los misiles balísticos intercontinentales Yars, la estrella de la parada.

También marcharon las baterías antimisiles S-400 y los sistemas balísticos Iskander, que pueden portar armas nucleares tácticas. Putin volvió a admitir que Rusia se encuentra en un “difícil período” de su historia y que de la victoria en el campo de batalla de Ucrania depende la suerte del país.

“El destino de la patria, su futuro, depende de cada uno de vosotros”, les dijo a los soldados que formaban frente a las murallas del Kremlin.

Revanchismo neocolonial

Además, acusó a “las élites occidentales” de apostar por el “revanchismo” y por justificar “a los actuales seguidores de los nazis” en Ucrania y otros países. Según el líder ruso, todo esto es parte de una política occidental de instigación de conflictos regionales, hostilidad entre pueblos y religiones, y la contención de los nuevos centros independientes de desarrollo.

Putin SERGEI ILNITSKY / POOL

Putin denunció los intentos de los “neocolonialistas” de “distorsionar” la verdad sobre la Segunda Guerra Mundial al desmontar los monumentos a los soldados soviéticos y poner en un pedestal a “traidores y cómplices” de Hitler. Con todo, destacó que Rusia nunca ha menospreciado la importancia del papel del “segundo frente”, es decir, de los aliados occidentales en la derrota del nazismo y también recordó la lucha de China contra el imperialismo japonés. “Nunca olvidaremos nuestra lucha común y las inspiradoras tradiciones de alianza”, subrayó Putin que presidió el desfile escoltado por dos veteranos, un hombre y una mujer, de la defensa de Moscú y de la Batalla de Stalingrado.

Derecho internacional

Putin recibió en el Kremlin a sus nueve invitados extranjeros, a los que aseguró que Rusia cooperará con aquellos países que respeten el derecho internacional y un sistema de seguridad “indivisible”. A Díaz-Canel le dedicó una atención especial. “Nuestras relaciones con Cuba se basan en la amistad y el respeto mutuo. Usted sabe que la URSS y la Rusia actual siempre han estado de su lado”, dijo Putin. También condenó las que calificó de “ilegales sanciones” contra la isla por parte de Estados Unidos, en alusión al embargo impuesto en 1958, y expresó su confianza en que su participación como país observador en la Unión Económica Eurasiática sea beneficiosa para la La Habana.

Putin también aprovechó la presencia en Moscú del líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, para anunciar que ese país participará en las actuales maniobras con armas nucleares tácticas. “Dado que en territorio de Bielorrusia se encuentran desplegadas armas nucleares no estratégicas, nosotros propusimos en esta ocasión a nuestros aliados participar en una de las fases de estos ejercicios. Las correspondientes órdenes ya han sido impartidas al Ministerio de Defensa”, afirmó.