Decía Tarradellas que para dedicarse a la política se necesitaban tres condiciones: “Una salud de hierro, una mujer que te aguante y no dimitir nunca”. Entiendo en lo personal lo que está sufriendo Sánchez y su familia pero no menor de lo sufrido por Arzalluz cuando le tildaron de nazi, al lehendakari Ibarretxe de cobarde y terrorista, a Manu Aierdi cuando tuvo que dimitir, a Xavier Trias cuando le encontraron una cuenta falsa en Suiza, a Junqueras cuando fue encarcelado. Personalmente, tengo el amargo recuerdo de una campaña salvaje cuando denuncié lo que veía en la Corte por lo que no creo que mañana dimita Sánchez.

Otra cosa es la matriz franquista de la derecha española que o gobierna o mata, pero el PSOE es tan responsable como el PP de seguir permitiendo un poder judicial no democrático y de judicializar la política. Y no digamos la impunidad de la Brunete Mediática, que sigue disparando sin posibilidad de bozal alguno. Es lo que hay como consecuencia de la “modélica transición española”.

Le preguntaron al Papa Francisco cuándo dimitía como consecuencia de sus dolencias y de su edad: “Oiga, usted”, contestó. “Yo trabajo con el cerebro, no con las rodillas”. Sabia respuesta para todos aquellos que a cuenta de inventarse expresiones invalidantes para los demás creen encontrar la fórmula de resolver los problemas. “Cambio generacional”, dicen, como si la política fuera una carrera de cien metros y no algo donde debe haber equilibrio. Juventud sí, pero asimismo experiencia y cerebro porque con esa fórmula mágica se cargan a decenas de personas experimentadas y extraordinarios políticos. Porque sí. Con dos palabras. Como esto nuevo que escucho contra el EAJ-PNV: “Acabó su ciclo político”. Otra monserga.

Al PNV lo ilegalizaron en 1939, en 1986 se dividió y nos decían que había acabado su ciclo político. En 2009 Patxi López acabó también con el ciclo político del PNV al mandarnos a la oposición. Ciudadanos, UPyD, Podemos han desaparecido y aquí sigue el PNV batiéndose con 129 años. Por algo será. La clave está en saber analizar unos resultados, auscultar la sociedad, hacer autocrítica, permitir el debate democrático, saber escuchar pero no con planteamientos de laboratorio y con palabras en inglés para epatar, sino con la oreja en el suelo de casa y esas cosas que se hicieron bien en el Arriaga, en Zestoa y casi siempre. Y sobre todo saber comunicar, algo que quizás no se ha hecho bien hasta el punto de que ha valido más el relato que el dato, cuando el relato debe estar construido sobre el dato. Véase los datos de Osakidetza y el manipulado relato que nos han contado los que organizan las huelgas con sus pancartas y manifestaciones casi diarias con su correlato televisivo siguiendo una estrategia de desgaste. La huelga por la huelga. Ya lo dijo Mitxel Lakuntza, secretario general de ELA.

Algo que me ha extrañado y desagradado en esta campaña ha sido la agresividad de los ministros de Sumar, comenzando por Yolanda Díaz, Urtasun, Bustinduy, Sira Rego. Sus intervenciones denotaban odio y manipulación. Que si neoliberales, que si ultraconservadores, que si tenemos que pasar a la oposición cuanto antes, que si al PNV hay que ponerle una línea roja. “Lo de estos cuarenta años no le puede salir gratis”, dicho por ministros que lo son gracias a los votos del PNV, no solo a los votos de Junts y de Bildu. Estoy seguro de que de haber vivido algo así en su tiempo y teniendo el poder que tenemos en la actualidad en el Congreso, Xabier Arzalluz nos hubiera pedido a los diputados no votar absolutamente nada propuesto en el Gobierno por Sumar. El que tiene el poder y no lo ejerce, que no se queje. Lo de Sumar ha sido indecente, más concreto, asqueroso, y si se pasa por alto y se permite se nos falte al respeto, mal andamos. Si somos tan neoliberales, para que quieren nuestros votos y, si no lo somos, porque vienen aquí a mentir y a hacer daño.

Y un dato final. Me entero de que Pello Otxandiano se ha negado a conceder una sola entrevista al Grupo Noticias. Flipo. Gran demócrata. Pradales sí lo hizo con Gara.

El Gobierno español fue el culpable

El pasado viernes se cumplieron 87 años del bombardeo de Gernika y en esto sigue importando más el relato que el dato. Sé que nada tiene que ver el franquismo con el gobierno democrático español actual, como no tuvieron nada que ver en Alemania los gobiernos democráticos con el nazismo, pero existe un tracto histórico que no se puede desconocer. Me tocó en su día hablar con el embajador alemán Guido Brunner con una petición de perdón de Alemania por el bombardeo de Gernika y casi me saca de la embajada diciéndome que él no era Goering, aunque con el tiempo, una persona con más valores que el citado embajador y siendo presidente de Alemania, lo hizo.

Tras un mal llamado “Debate de la Nación” presentamos esta resolución:

  • El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a que manifieste oficialmente que la autoría de la destrucción de Gernika el 26 de abril de 1937 fue llevada a cabo por la Legión Cóndor alemana, por orden del general Franco y no por los llamados rojos separatistas.

Esta resolución fue aprobada por todos los Grupos Parlamentarios de la Cámara, incluido el Grupo Parlamentario del Partido Socialista y del Partido Popular, aunque todavía hoy es el día en el que el Gobierno no ha cumplido dicha resolución democrática que cerraría una herida histórica.

Es de recordar que el 27 de marzo de 1997 el presidente de la República Federal de Alemania, Román Herzog, envió un saludo con motivo de una recepción en el Centro de Investigación por la Paz ofrecida a los testigos sobrevivientes del bombardeo de Gernika.

Este saludo fue leído por el embajador alemán Henning Wegener, acreditado en Madrid, no el impresentable Guido Brunner, y decía lo siguiente:

“El 26 de abril de 1937 Gernika fue víctima de un ataque aéreo del escuadrón de la Legión Cóndor que convirtió el nombre de esta ciudad en el emblema de una beligerancia que cogió a la población indefensa por sorpresa, convirtiéndola en víctima de las más terribles atrocidades. El día de Gernika y el sufrimiento humano que simboliza este nombre forman parte desde entonces del recuerdo colectivo de nuestros pueblos. Sesenta años después del bombardeo han crecido nuevas generaciones. Pero ustedes, como víctimas del ataque, todavía llevan inscrito en el corazón el recuerdo de este día y sus consecuencias. Para ustedes sigue siendo presente lo que para la mayoría de nosotros es pasado a pesar de que todos debemos sentirnos apenados por el sufrimiento que cayó sobre Gernika. Yo quiero asumir ese pasado y reconocer expresamente la culpa de los aviones alemanes involucrados. Les dirijo a ustedes como sobrevivientes del ataque y testigos del horror vivido mi mensaje conmemorativo de condolencia y duelo. Evoco el recuerdo de aquellas personas a las que aquel día en Gernika les fue quebrada la felicidad de su vida, destrozada su familia, destruido su hogar, robada su vecindad. Comparto con ustedes el luto por los muertos y heridos. Les ofrezco a ustedes, que todavía llevan en las entrañas las heridas del pasado, mi mano abierta en ruego por la reconciliación”.

La fotografía que ilustra este artículo es del año pasado, cuando Emilio Aperribai (con camisa rosa), niño de dos años sacado en brazos de Gernika en llamas por su ama y su hija Monika, verdaderas y muy meritorias gotas malayas, le piden al ministro Félix Bolaños que cumpla con su deber de reconocer la responsabilidad de aquella tragedia.

Habida cuenta de que el gobierno alemán realizó aquel importante gesto de reconciliación histórica y que existe una resolución parlamentaria, aprobada por todos los grupos de la Cámara, instando al Gobierno a realizar un gesto parecido con objeto de pasar página a un hecho doloroso, es por lo que me extraña no se recuerde este compromiso parlamentario.

¿Se piensa tomar una iniciativa parecida que dé cumplimiento a una resolución parlamentaria?

¿Alguien limpiará los pestilentes establos federativos?

Mientras vivimos momentos de alegría con la victoria del Athletic, y se comprueba que el deporte tiene valores sanos de entrega, identificación y autenticidad, sigue destripándose por entregas la corrupción en la que está sumido el mundo federativo del fútbol. Una podredumbre que se sitúa en Madrid, en la Real Federación Española de Fútbol, pero que extiende su hedor hasta aquí mismo. Descubrimos la punta del iceberg, el hábitat del clientelismo, el parentelismo y las ganancias obscenas, en el que se mueven los responsables federativos del fútbol, en España y también en Bizkaia, sin ir más lejos.

Se van conociendo los oscuros manejos de Rubiales y su equipo, que se aferran al poder como un gato a una cortina. Pedro Rocha, títere e íntimo del motrileño testicular, con el que era vicepresidente económico, dice sin inmutarse desconocer las contrataciones realizadas en la federación, y pretende mantenerse en el poder como nuevo presidente. Y lo más escandaloso es que le ofrecieran el 70% de sus avales las federaciones territoriales, germen de la degeneración que coloniza las estructuras federativas, aunque algunos barones pretendan ahora desmarcarse del por ellos avalado Rocha, sólo cuando éste va a caer en desgracia ante los tribunales y ante el gobierno. Otra vez lo mismo que con Rubiales. Las ratas y el barco que se hunde.

En el mismo sumidero está el eterno presidente de la federación vizcaína, el muy desaconsejable José Ignacio Gómez Mardones. El mismo que afirmó que “el mandato de Rubiales ha sido impecable” y que ya está tardando en marcharse a su casa, aunque sus escandalosos emolumentos explican que sea otro gato enganchado a otra (o a la misma) cortina.

Lo último que hemos conocido es que la Comisión Gestora de la RFEF, que sólo estaba para convocar elecciones, ha realizado operaciones de calado, como renovar a De la Fuente (el aplaudidor de Rubiales) o repartir nuevos sueldos: 7.000 euritos mensuales más a los que ya ganan 175.000 al año. Ello va a provocar que el Consejo Superior de Deportes les suspenda por infracción muy grave, y en esa Gestora irregular está también el depredador Mardones, que lucía gafas de rockero en la final de Sevilla, sin identificación athleticzale alguna, no vaya a ser que le riñan los mandamases mesetarios, aquellos que le hacen de oro por menearse al son que le tocan.

Quizá esa inhabilitación obstaculice su deseo insaciable de seguir enriqueciéndose con el fútbol, sin dar cuenta de lo que hace para semejantes obscenos estipendios, que incluye poner sotto voce todas las trabas del mundo a la oficialidad de la selección vasca. Pero lo procedente y ejemplarizante sería que fueran las instituciones vascas las que, en ejercicio de sus funciones y aplicando correctamente la ley, limiten un mandato de más de 20 años, y acaben de una vez con el clientelismo ejercido por este virrey, que empieza con la designación de su propio hermano al frente de las indulgentes sanciones del fútbol vizcaíno, otra palmaria vulneración de los principios de la ley del deporte, ante la que tampoco parecen reaccionar nuestras contemplativas administraciones deportivas.

Ya saben lo del establo y los bueyes. ¿Quién cumplirá con su obligación y se encargará de una vez de limpiar este fétido establo federativo? Si no se hace y pronto, que nadie se queje de la desafección existente ni de resultados electorales adversos.

Diputado y Senador de EAJ-PNV (1985-2015)